jueves, 23 de agosto de 2007

bicing




Pues sigo con mi bicing. Que gran implantación proto-pseudo-socialdemócrata! Qué gran invento de los sociatas! Desde que las uso, veo Barcelona de otra manera, de verdad, que no se ve como cuando vas en tu bici normal, o caminando. Y con música, soy el más feliz del mundo.
Esto del Bicing..... en fin, que me han pasado ya unas cuantas cosas usando las bicis rojas. Ya me ha dado tiempo de pinchar la rueda trasera, de xocar dos veces contra papeleras al intentar no poner los pies en el suelo, de pelearme para dejarla en su sitio o hacer cola para intentar pillar alguna, de hacerme ya con la posición en plan ciclista y de darme cuenta que estas bicis morirán todas por el pedalier. Hoy (día 23 mayoo) en Joanic acabo de ver una robada, pintada en negro y con los añadidos suprimidos. Me gustaría conocer al que la usa y preguntarle unas cosillas....
Hoy (20 mayo) la he pillado a la salida de Glòries. Es domingo a las siete y veinte de la mañana. Hace sol, hace buen tiempo, no me acuerdo ya que decían que en Barcelona no se podía ir en bici por el desnivel, tomo el carril bici al lado del bonito tramvía, y bajo por el carril bici de la Meridiana. Cada vez que pillo allà la bici, salgo escuchando la canción del “wall” de Peter Bjorn and John que me ha pasado por meil mi gran amiga Lupe de Córdoba, que vive en Zaragoza . Esa canción es perfecta para ir en bici de buena mañana, viendo y escuchando a la vez las nubes. He pasado por delante de la salida de Marina, la de la placita de los churros, donde acaba toda la gente de Poble Nou. El suelo estaba hecho un asco. Claro, ya lo limpiará alguien, que por algo la gente paga sus impuestos y las adminsitraciones son empresas. Dejo a un lado gente joven, muchos topos y algunas diademas, y encaro el carril bici de la calle Marina. En el puente de Marina, bajando sobre todo, se puede ver una de las vistas más bonitas de Barcelona, porque tienes de golpe las torres gemelas, la torre agbar y detrás la sagrada família. Y como ya explicaba el otro día, uno se siente muy modernillo encima de estas bicis y te crees que vives en Europa. La manera de sentarse es tan cómoda que se viaja casi volando, despierto, muy dulcemente. Cuesta darle velocidad. Cuesta levantar el culo. Hoy la he probado un poco después, la he puesto a prueba, porque me he encontrado a unos que iban en bici de montanya y les he pegado una pasada espectacular, y entonces me he acordado de mis piques por Collserola. Y me he visto dándole velocidad a la bicicletilla ésta de película de ET. Y observando a los mountainbikers con el rabillo del ojo.



MANUAL PARA UN/A GRAN CICLISTA:

1.”-Un ciclista de verdad utiliza los dos rabillos del ojo con precisión”

El rabillo del ojo de la izquierda se usa para saber si tienes coches detrás (o un ciclista en un pique en alguna subida). Es un simple reojo rápido, sin perder el eje vertical, a la altura de tu codo, hacia tu izquierda-detrás Tiene que ser de milésimas de segundo, para que te sirva sólo una prespectiva general de la situación detrás tuyo y no pierdas la visión delantera. Sólo se pretende ver una sombra, o una carretera limpia, que deduzca que no hay peligro detrás, que no hay coches. ¿Cómo se aprende? Viendo el Tour o alguna otra carrera ciclista por la tele. Poca gente sabe hacerlo bien, con la rapidez que se merece, y verlo hacer por Barcelona es bastante difícil. Muchas veces, para mirar hacia atrás, los ciclistas giran obscenamente todo el cuello, o el cuerpo incluso, y alzan la prespectiva, perdiendo justamente la prespectiva del camino y, sobre todo, desequilibrando el cuerpo. Si se va en velocidad, estéticamente es feísimo y provoca pérdida de aerodinámica. Se podría deicr que es un desastre de rabillo de ojo. Es una de las maneras de deterctar a un gran ciclista en esta Barcelona llena de palanganeros ciclistas de pacotilla.
Con el rabillo de la derecha se controla el desarrollo utlizado. Se debe mirar hacia abajo, buscando, entre al cadena que gira sin parar y sin quejarse, institivamente “la piña”, en donde se localizan todos los desarrollos traseros de la máquina. En el caso del bicing, no es posible, al llevar los piñones dentro del eje. Pero ir situando los piñones en la retina forma parte de tu condición de valoración del esfuerzo. Bien es decir que las nuevas bicis señalan las velocidades en el cambio, pero eso sólo pasa en las bicicletas de montaña (siempre han tenido más inclinaciones domingueras que las de ruta) y despistan mucho más acerca del desarrollo utlizado, porque además de que no se deben numerar las velocidades (cada corona tiene sus dientes y ya está), muchas veces al estropearse el cambio, se desincronizan y no siempre coinciden con los piñones puestos,


....Y yo con mi bicing, mirando de reojo y esperando a que me pasaran. Y he pensado en seguirles hasta el final, con mi bici, en plan Forrest Gump. Les hubiera seguido, saliéndome del mapa del Bicing y de Barcelona entera, hasta el Tibidabo quizás, pasando delante de la Torre de Collserola, del Observatori Fabra, con mi bici roja, pensando que soy un gran ciclista, que me cansaré hasta que me canse....pero no me seguían ellos, y de golpe me he sentido cansado, porque esta bici no es para correr ni menos después de diez horas de trabajo. Y además me faltaba el maillot de la bici.

2.-“siempre debes salir con la bici con un maillot bonito”


Porque la vida tiene que hacerse bonita. Un maillot bonito, por ejemplo, podría ser el de arriba:


Este maillot es de un equipo ciclista del año 1985 Era un equipo francés, el primer equipo postmoderno de la historia. Fueron los que incorporaron los pedales enganchables a las bambas (tipo fijación de ski), los que trajeron las bicis de contrareloj especiales y incorporó más de un ciclista ilustrado y los primeros ciclistas americanos. Si os fijáis, el maillot se basa en los cuadritos del Mondrian. Era lo más!


3.-“Lo mejor para no cansarse con la bici es no pensar que es una moto pedaleando”

El truco es no pensar que vas en moto: es el gran engaño de la bici: la MOTOcicleta no es una bicicleta con motor. Al menos por ciudad. Te cansa demasiado, te stresa y te nivela a ella y te exige ir sólo por la vía. Pensar que vas caminando tampoco va bien. No puedes ir parando en todos lados, ni ver el suelo, ni observar un árbol o una pintada. A veces, hay que meterle caña y la visión es diferente. No es ni una cosa ni otra, pero sobre todo hay que tener en cuenta la primera.

4.”se debe intentar siempre poner los pies en el suelo en las menos ocasiones posibles”

“Antes morir cayendo que vivir poniendo los pies en el suelo”. Un ciclista de verdad nunca pone los pies en el suelo. Es un principio general que te ayuda a superarte y a sentirte cómodo y seguro encima de tu máquina. No significa, tampoco, que se tenga que hacer siempre. Es simplemente una recomendación de esas de maestro kung-fu. La verdadera explicación del consejo sólo se experimenta usando la bici.

....Y subía por Marina por el carril bici, siempre con los pies en los pedales, y dejé a los ciclistas y en el semáforo de Diagonal, intenté apoyarme en un palo del semáforo, porque estaba en rojo y no me interesaba pasar. No he pillado bien la mano y...

ZAAAAAAAAASSSSSSKASSSSSSSSSSSSSSSSS!!!!!!!!!!!!!!!!

Clash! Me he pegado una leche, y he caído, saltando por el lado de la bici roja, delante del paso de cebra, y unos xavalillos medio borrachos que me han visto pensaban que venía de fiesta borracho, seguro, porque yo me he puesto a reir como siempre hago cuando caigo tontamente saltando de la bici. Me he levantado riendo, he pillado la bici y, como un luchador de la bici, he continuado mi camino, porque estoy hecho de otra pasta, como los grandes ciclistas de la ruta.
He seguido mi camino, como Machado, como el alquimista, como Lola, como los que van para Santiago, para casa, combinando acera, carril bici y calle, pasando delante de la Sagrada Familia, viendo la portada del Naixement, donde giro a la izquierda para no ver la fachada de la Pasión, todo y que, como dice María, es muy bonita. Y a mí depende del día también me gusta. Pero la que hizo Gaudí se mejor, sin dudas o con dudas. Y cojo el carril bici de Provença (el mejor planteado de Barcelona) y llego al puesto y..... está lleno de bicis.
Y pienso, claro! es domingo por la mañana, y no hay currantes, y entonces subo por Passeig Sant Joan y pruebo de ir sin manos.

5.-“Evidentemente, un gran ciclista sabe ir sin manos “

Y bien, la bici me deja ir sin manos. Porque ir sin manos, depende más de la bici, que del ciclista. Si la bici está bien centrada, y no ha sufrido mucho, irá recta. Si está vieja, le fallan las llantas, no está centrada, ha chocado más de una vez, lleva un manillar muy relajado, etc.. pues entonces será más un reto que un placer. Y el saber ir un rato sin manos es muy importante. Para estirar el cuello, para moverte la espalda, para cambiar de canción del MP3, para ponerte los guantes, y para perder el miedo a caer. Y todo esto, se hace intentando poner el peso lo más detrás posible, con valor y con práctica.

Y desde Passeig de Sant Joan voy hacia Travessara de Gràcia y llego hasta la calle Marina 331, donde hay otro puesto de bicis. Y también lleno!!!! Ahhh! Primeros imprevistos para esto de la bicing. Hay que calcular que no todos los días tienen el mismo uso. Pasa como el autobús, o el metro, que hay que saberlo bien. Es todo empezar y observar su uso. Y son ya las ocho y media, y ya tengo ganas de dormir. Y pienso:

6.-“Un gran ciclista piensa las cosas siempre con la bici entre las piernas”

Me he parado a pensar, siempre con la bici conmigo, como un gran ciclista. No necesito la patita de cabra, como tampoco necesito el protector de la cadena, ni otras mandangas. Porque cuanta más cosas tenga la bici, más difícil será arreglarla uno mismo. Y sigo con mi bici, porque no dejo la bici, ni dejo de hablar de ella, que por algo estoy explicando cosas del bicing. Un ciclista sólo deja la bici cuando deja de ir en bici!!. Y he pensado en bajar por el Passeig de Sant Joan pensando que era mejor opción que esperar a que alguien, a esa hora, quisiera usar las bicings. Y he bajado hasta Tetuán y..lleno. Ya me empiezo a mosquear, tengo ganas de llegar a casa y la sensación de volver al sito de salida es muy tonta.
Y he llegado hasta Arc de Triomf, y la he dejado allá, y el 55 no pasaba hasta media hora, y he subido caminando hasta mi casa. He llegado a Joanic cansado. Son las nueves y me voy al bar.

En fin, acabo mi historia. Todo lo que he explicado es cierto. No me lo invento.

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