martes, 26 de julio de 2011

Tour de Francia 2011

Se acabó el Tour de Francia, y ya no es tan fácil pillar la siesta tras en gazpacho, porque las series de HBO no te dejan dormir, ni te calman ni menos aún te relajan como la gran ronda gala. No pasa nada. Esperaremos un año entero, atraídos por la serialidad y el costumbrismo que representa el Tour, para estar el año que viene otra vez con lo mismo y para poder estar un poco diferentes. Las mismas cimas-decorados, casi los mismos corredores-personajes (con pequeñas y sutiles novedades para la nueva temporada) y los mismos comentarios-interpretaciones de Pedro y Carlos.


Podemos repensar en la repetición como resultado de un deseo de devenir que aleja del pensamiento de cualquier tentación elegíaca, de cualquier mirada inmovilista hacia atrás. El Tour de Francia y sus repeticiones nos hace fuertes, porque su serialidad celebra siempre el placer de la repetición, pero invoca a la vez el miedo al anquilosamiento, el anhelo térapéutico de regeneración....Nostalgia de mañana, que nos pueda servir para exaltar la felicidad cuotidiana...