miércoles, 31 de octubre de 2007

torre agbar


Cuenta la leyenda que cuando se inauguró la Torre Eiffel, mucha gente la criticó abrasivamente. La veían industrial, poco artística, arrogante, excesiva, escrupolosa.
Uno de esos criticones era un intelectual con gafas, bufanda y moskline que cada día desayunaba en el café de la misma torre. Seguro que tenía apellido francés. Dicen que le solían preguntar qué es lo que hacía en la Torre Eiffel si la odiaba tanto y el hombre respondía que el café era el único lugar de París donde no se veía.


Así, sabiendo esta historia, fui un día a ver la Torre Agbar por dentro para no verla desde la ciudad y para intentar no criticarla por escrupolosa. Quería entrar por detrás, por la puerta de servicio, pero no iba disfrazado de cartero y no tuve acceso. Pero descubrí un rincón muy interesante que recomiendo visitar. Unos cuadrados de colores que han aparecido del gran hormiguero, acompañados de algunos fotógrafos japoneses y un pequeño bosque en miniatura.

1 comentario:

Admin dijo...

Hola Berlingo!!

Gracias por acercarnos este trocito de la historia de la Torre Eiffel y la Torre Agbar como los viajeros que me han acercado las fotografías de http://www.trivago.es/barcelona-31965/edificio/torre-agbar-155137. Un saludo