Hoy cándido ha leído el periódico. Explica que unos dirigentes del mundo muy importantes presienten que si la crisis se alarga demasiado, la gente puede salir a la calle para quejarse. Poca gente no sabe qué significa eso de quejarse. Poca gente no entendería esa preocupación.
Eso significa revueltas, radicales, alborotos, violeeeeeeeeeeennncia, demagogia revolucionaria, pancartas a favor de cosas imposibles de ver, o vistas hace ya tiempo...
Cándido está tranquilo porque cree que eso no tiene por qué pasar. Y a la vez no sabe si tiene que recordar viejos tiempos pasados en España, en Francia, en Rusia o en algún país de esos de sudamérica.
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